Ya
han pasado años desde que los Beatles partieran de los míticos estudios Abbey
Road y poco a poco sus paredes dejaran de albergar el ritmo y la melodía que
las caracterizaban. Los grupos que habían sido cabecera en los 60’s se reinventaban
o caían por su propio peso diluyéndose en la vorágine punk que ya asomaba en el
horizonte.
Si
Abbey Road había traído consigo el establecimiento de las técnicas de sonido
más esenciales de la industria discográfica, espoleados por Pink Floyd o unos
Beatles en estado de gracia, lo cierto es que la próxima extinción de Apple
Records (aún dando sus últimos coletazos) no deparaba un buen futuro para el
estudio londinense.
Convertidos,
eso si, en un icono de la cultural popular gracias al homónimo disco de los
Beatles, su particular carretera hacia los estudios de segunda categoría se
perfilaba sin que nadie se diera cuenta. Habían pasado a ser un edificio
entrañable donde se grababa música sinfónica (desgraciadamente, también
minoritaria y olvidada por las generaciones que se suceden).
Paradójicamente,
tras la separación de los Beatles, el lugar se encontraba en la guía turística
de todo melómano, ubicando en los suburbios residenciales de Londres un punto
de culto a la música y la mítica fotografía de los Beatles, que homenajeaban al
estudio que les vio crecer localizando la última de sus portadas frente a él.
Sin
embargo, 2010 fue su año, tanto en lo trágico como en lo festivo. Tras su
puesta en venta por la compañía EMI, lo que abocaba su desaparición de manera
definitiva, Reino Unido se movilizó hasta ser declarado el estudio monumento
histórico por el gobierno.
Ver Abbey Road Studios en un mapa más grande
Actualmente se encuentra una cámara web enfocando el lugar las 24 horas. Aquel que no tenga el placer de ir en persona puede disfrutar de la vista en: http://www.abbeyroad.com/crossing






